La leyenda como tradición oral

reconoce a la leyenda como un texto propio de la tradición oral.

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Última Actualización:

4 de Septiembre de 2024 a las 18:31

 

La leyenda como tradición oral

Aprendizaje esperado: reconoce a la leyenda como un texto propio de la tradición oral.

Énfasis: aspectos sintácticos y semánticos:

  • identifica la adaptación que debe realizarse al trasladar una narración oral a un texto escrito, a partir de la entrevista y la redacción de un borrador.

¿Qué vamos a aprender?

Identificarás la adaptación que debe realizarse al trasladar una narración oral a un texto escrito, a partir de la entrevista y la redacción de un borrador.

¿Qué hacemos?

Hoy me siento muy feliz porque, cada vez que veo el calendario por la mañana, pienso en todas las tradiciones que tenemos en México y concluí que vivimos en un país muy bello que está lleno de muchas costumbres y celebraciones.

Por ejemplo, el Día de muertos. Me encanta cómo lo celebramos y me encantan las festividades que hay en nuestros pueblos mágicos que hay a lo largo de la República.

El día de muertos es una celebración muy bonita. Sabías que los pueblos mágicos se nombran así porque son localidades que poseen atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, en fin, magia.

El tema de hoy es sobre las leyendas.

Existen varias como la de La planchada, que es una enfermera que aparece en los hospitales o la de La Llorona.

Las leyendas son muy interesantes por el suspenso que transmiten. Supongo que tú debes conocer alguna, o conoces a alguien que te haya contado una leyenda popular de tu lugar de origen o has escuchado alguna.

Te menciono esto de que “has escuchado”, porque las leyendas en su origen, derivan de la tradición oral, es decir, que son narraciones que se van compartiendo de generación en generación, por medio de la oralidad. La mayoría de nosotros las conocemos porque alguien nos las ha contado, pero también hay que reconocer que algunos autores, han recopilado estas narraciones y las han trasladado a lo escrito, por eso es que podemos tener un libro de leyendas.

Cuando digo que van de generación en generación, significa que las leyendas se comparten de las personas adultas o ancianas a las personas más jóvenes y éstas a su vez, con el tiempo, también harán lo mismo y lo compartirán con otras más jóvenes y así sucesivamente. Lo que permite que se continúe conservando esta tradición de contar historias hasta la actualidad.

Mi abuelito me ha contado varias historias y leyendas y en otras ocasiones he escuchado leyendas por parte de personas que viven en algún pueblo o lugar turístico. Eso me recuerda cuando fui, el año pasado, a Tequisquiapan, que por cierto es un pueblo mágico del estado de Querétaro y nos dieron un recorrido nocturno en el que nos contaron algunas leyendas.

En cada lugar de México y en el mundo, se cuentan diversidad de leyendas, significa que es parte de la cultura de las personas. Desde siempre se han contado historias, aunque éstas van sufriendo algunas modificaciones con cada generación que las cuenta. Las versiones originales ya no las tenemos, las personas van ajustando las leyendas al lenguaje actual, así como al contexto y lugar donde sucedió.

La leyenda que nos contaron en Tequisquiapan fue la de La Hacienda de San Nicolás. Vamos a leerla:

Cuenta la leyenda que, por ahí del siglo XVIII, vivía en esa hacienda una mujer, Doña Aurora, ella se encerró a vivir sola en esa gran casona, después de que su amado Luis recibiera como castigo la horca. La tristeza se fue apoderando de aquella mujer, al igual que la soledad, la cual junto con los años fueron marchitando y convirtiendo su bello rostro en uno muy pálido y amargo. Pasaron los años y finalmente también murió. Pero a pesar de que los siglos han pasado, algunos pobladores, principalmente los enamorados que llegan a visitar la vieja hacienda, aseguran escuchar entre los pasillos de la casona, lamentos que dicen el nombre del amado… ¡Luisssssss! ¡Luisssssss!
Referencia, http://www.tequisquiapan.com.mx/LEYENDAS,6 Adaptación: Exza Zamná Pérez Hernández

Las leyendas que se cuentan se basan en sucesos reales, pero también la mayor parte son sucesos fantásticos, que se combinan con elementos literarios como el suspenso. Quizá esta mujer sí existió y vivió en esa hacienda, pero lo demás que se cuenta, puede ser fantasía o al ser contada una y otra vez, algunos datos han sido modificados, otros omitidos o también se han añadido más.

Por ejemplo, con la leyenda de La Llorona, hay varias versiones, y cada una contada de diferente manera y lo que me sorprende es que según este personaje se aparece en distintos lugares del país.

Las leyendas se construyen a partir de una serie de conceptos que, aunque haya diversas versiones, ésos no se modifican y se conservan ajustándose al momento histórico en el que se cuenta. En sí, el concepto de la Llorona está basado en el personaje de una mujer que recorre las calles de un poblado o el borde de un río, lamentando la pérdida de sus hijos, de ahí el nombre de “Llorona”. Lo demás que se dice en cada una de las versiones es por añadidura.

  • ¿Cuál será la importancia de las leyendas?
    Un elemento que le da importancia a las leyendas es que permiten conservar las tradiciones. Cada lugar en nuestro país y en el mundo se da a conocer por sus tradiciones, eso les da identidad, además, permite conocer su cultura y cosmovisión del mundo. Las leyendas son parte de esa cosmovisión y parte de la cultura de cualquier pueblo.
    La cosmovisión es la manera de entender e interpretar el origen del mundo. Cada cultura tiene una característica de cómo concibe el mundo. Por ejemplo, los mexicas pensaban que el mundo era una dualidad, tenía una doble naturaleza del tiempo-espacio, creían en un primer tiempo-espacio, original y ajeno, denominado “anecúmeno”, que estaba poblado por seres “sobrenaturales” como dioses, fuerzas y por los muertos; y un segundo tiempo-espacio propio, llamado “ecúmeno”, este mundo creado por los dioses y habitado por las criaturas como los hombres, los animales, las plantas, los minerales, los meteoros y los astros.
    Con todos estos elementos que mencioné, los mexicas buscaban explicar su mundo y por ello surgieron algunas tradiciones orales como las leyendas.
    Mi abuelo me contó una leyenda de los mexicas, la de “El conejo en la luna”. Me dijo que cuando vea que hay luna llena, la observe detenidamente y que en cualquier momento descubriré la figura que está ahí, vamos a leerla.
    Quetzalcóatl, el dios grande y bueno, se fue a viajar una vez por el mundo con figura de hombre. Como había caminado todo un día, a la caída de la tarde se sintió fatigado y con hambre. Pero todavía siguió caminando, hasta que las estrellas comenzaron a brillar y la luna se asomó a la ventana de los cielos.
    Entonces se sentó a la orilla del camino, para descansar, cuando vio a un conejito que había salido a cenar.
    -¿Qué estás comiendo?, –le preguntó.
    -Estoy comiendo zacate. ¿Quieres un poco?
    -Gracias, pero yo no como zacate.
    -¿Qué vas a hacer entonces?
    -Morirme tal vez de hambre y de sed.
    El conejito se acercó a Quetzalcóatl y le dijo:
    -Mira, yo no soy más que un conejito, pero si tienes hambre, cómeme, estoy aquí.
    Entonces el dios acarició al conejito y le dijo:
    -Tú no serás más que un conejito, pero todo el mundo, para siempre, se ha de acordar de ti.
    Y lo levantó alto, muy alto, hasta la luna, donde quedó estampada la figura del conejo. Después, el dios lo bajó a la tierra y le dijo:
    -Ahí tienes tu retrato en luz, para todos los hombres y para todos los tiempos.
    Recuperado en http://letrasparavolar.org/el-conejo-de-la-luna/

    Me contaron la versión de Quetzalcóatl. Aunque, saben, hay otra versión sobre “El conejo en la luna”, más o menos dice así:
    Que los dioses se reunieron en Teotihuacán antes de que existiera el día y se preguntaron; ¿quién alumbrará al mundo? Se dice que dos de los dioses se sacrificaron arrojándose a las llamas, uno detrás del otro, y el primero que se arrojó se convirtió en Sol y el otro en la Luna. Sin embargo, ambos irradiaban una luz cegadora, así que otro dios arrojó a un conejo para opacar el brillo de la Luna y desde ahí se cuenta que el conejo quedó marcado en la cara de la Luna.

    ¿Cómo ves esta versión para explicar la figura del conejo en la luna?
    Las dos versiones son muy diferentes, ambas derivan de la tradición oral del México prehispánico. Y era la forma de explicar la existencia y característica de los astros. Así que, si tú ya descubriste al conejo en la luna, puedes preguntar a tus abuelos o personas adultas mayores, que te cuenten alguna leyenda que explique este fenómeno natural.
    Si nunca he visto el conejo en la luna y te gustaría verlo. Sólo se puede ver cuando hay luna llena, eso me enseñó mi abuelo, y el próximo 30 de noviembre será luna llena, así que puedes aprovechar a asomarte por la ventana o busques un lugar desde el cual puedas contemplar la luna llena, invita a tu familia y juntos descubran la figura del conejito que leímos en ambas leyendas.
    Otro elemento del por qué las leyendas son importantes, nos permiten la convivencia y la habilidad de escuchar y de recordar el pasado. Es una forma de conservar nuestras raíces. Sin embargo, en la actualidad, poco a poco se ha ido perdiendo la costumbre de compartir oralmente lo que sabemos a través de la habilidad de contar historias, es importante conservarlas y que aprendas acerca de las leyendas para compartirlas con otros.
    Las características de las leyendas es que no existe un autor como tal, surgen por algún hecho real que ocurrió y que marcó la historia de ese momento. En primera instancia, para dar a conocer ese acontecimiento la gente recurre a la oralidad para transmitirlo. Al pasar el tiempo esa transmisión oral de la historia se va haciendo popular y a la par se va reconstruyendo en una versión totalmente distinta a la original.
    Es decir, yo conocí la leyenda de la luna por mi abuelo que la contó a su manera y él seguramente conoció la leyenda de la luna por su abuelo y así, cada abuelo le metió de su cosecha para volverla más atractiva, agregando cosas fantásticas y añadiendo cada vez algo más.
    Cuando esta versión llega al dominio público y permanece por generaciones, se convierte en parte de la identidad de ese lugar donde se dice que aconteció el suceso y por tanto se hace leyenda.
    Por eso es importante apreciar esta tradición. No me había detenido a pensar en toda esta riqueza literaria que tenemos y que se ha construido a lo largo de muchos años.
    Por eso una tarea que todos tenemos es no perder esta bella costumbre, como la de sentarnos en familia a escuchar leyendas o relatos. Además, es una habilidad que todos los niños y las niñas necesitan aprender y desarrollar, se trata de saber escuchar y saber hablar o relatar ya que no todos tenemos la habilidad de contar relatos o historias.
    Contar historias es algo que a muchas personas les puede salir muy natural y es que ellas hacen uso de recursos literarios para otorgarle al relato el suspenso, la emoción o algún sentimiento y hacerlo más interesante. Por ejemplo, no es lo mismo cuando yo digo frases como: “y entonces”, “cuando de pronto”. Aunque estas frases invitan a la expectativa del público, si no le agregamos otros elementos nunca podremos conseguirlo.
    Un elemento es el matiz o el tono de nuestra voz. Si le agreguemos otro matiz a estas mismas frases podremos crear el efecto que queremos.
    Al contar relatos o en este caso leyendas, vamos utilizando distintos elementos para generar en los otros los sentimientos y emociones que queremos.
    No es lo mismo escribir que relatar la leyenda, escribir, es muy distinto a la oralidad. Ahorita veremos las diferencias. Lo que sí, en ambas formas de relatar, oral o escrita, se hace necesario usar la descripción para ambientar el momento y provocar un efecto en el espectador o en el lector, según sea el caso.
    Contar una leyenda de manera oral no es lo mismo que si está escrita, cuando contamos una leyenda, y en sí cuando hablamos, tenemos la oportunidad de percibir las reacciones en los que nos escuchan, a veces ellos nos preguntan algo y necesitamos detener el discurso o lo cambiamos haciendo ajustes a manera que nos entiendan y les vaya quedando claro. Si nosotros trasladamos ese mismo discurso tal cual a la escritura, veremos que no provocará más que confusión al lector.
    Pongamos un ejemplo, pide a un adulto que te lea los siguientes párrafos.
    Fíjense que la otra noche, mientras yo estaba tratando de dormir, porque a veces me pasa que no puedo dormir. Ya casi cuando me estaba durmiendo, que escucho un ruido en la cocina, y que me paro de inmediato, pero al ponerme las sandalias, volví a escuchar otro ruido un poco más fuerte, así que como pude me acomodé las chanclas y caminé, rápido, rápido, rápido, para ver lo que era.
    Y nada que, se me había olvidado cerrar la ventana y como estaba comenzando a llover, pues el aire comenzó a golpear la ventana y entonces la ventana comenzó a provocar ruido y pues tuve que cerrarla para ya poder dormir.

    Si escribimos tal cual como te lo leyeron, veremos lo siguiente:
    Fíjense que la otra noche, mientras yo estaba tratando de dormir, porque a veces me pasa que no puedo dormir. Ya casi cuando me estaba durmiendo, que escucho un ruido en la cocina, y que me paro de inmediato, pero al ponerme las sandalias, volví a escuchar otro ruido un poco más fuerte, así que como pude me acomodé las chanclas y caminé, rápido, rápido, rápido, para ver lo que era.
    Y nada que, se me había olvidado cerrar la ventana y como estaba comenzando a llover, pues el aire comenzó a golpear la ventana y entonces la ventana comenzó a provocar ruido y pues tuve que cerrarla para ya poder dormir.
  • ¿Qué observas?
    Veras palabras repetidas, también hay palabras que se tienen que ajustar, no se parece nada a un cuento o leyenda.
  • ¿Qué tendríamos que hacer para poder trasladar esto que te leyeron a un relato escrito?

Necesitamos ir leyendo poco a poco el texto y hacer los ajustes, así como lo hicimos en la clase con el tema de la coherencia, que tuvimos que leer y releer y escribir y reescribir.

Vamos a darle un toque distinto al discurso.

Era una noche como cualquier otra, sin embargo, no podía conciliar el sueño, no era la primera vez que me ocurría.

Me está gustando mucho. A ver, yo continúo:

Pasados algunos minutos, comencé a sentir cómo mi cuerpo se iba relajando y quedando dormido, pero justo cuando lo había conseguido, algo me sobresaltó.

Yo sigo:

¿Qué era? El ruido provenía de la cocina. ¿Quién era?, no quería saber, pero necesitaba hacerlo, pues no estaría tranquilo de saber que algo o alguien se encontraba dentro de mi casa.
Me apresuré a ponerme los zapatos, y cuando ya casi lo conseguía, otro ruido más fuerte me volvió a sobresaltar.

Bien a ver qué te parece esto:

No podía esperar más, con algo de miedo acudí hasta la cocina y descubrí que solamente se me había olvidado cerrar la ventana. Una tranquilidad invadió mi cuerpo, y esa noche pude dormir mejor que las anteriores.

Es muy divertido y tú en casa puedes hacer lo mismo con tu familia, sólo es cuestión de inspirarse con alguna idea y comenzar a escribir usando la descripción y agregar frases que le den suspenso o causen alguna emoción o sorpresa.

Ahora, volviendo al asunto de la diferencia entre contar un relato y escribirlo es mucha. Veamos de nuevo y comparemos el texto oral con el texto escrito.

Texto oral Texto escrito
Fíjense que la otra noche, mientras yo estaba tratando de dormir, porque a veces me pasa que no puedo dormir. Ya casi cuando me estaba durmiendo, que escucho un ruido en la cocina, y que me paro de inmediato, pero al ponerme las sandalias, volví a escuchar otro ruido un poco más fuerte, así que como pude me acomodé las chanclas y caminé, rápido, rápido, rápido, para ver lo que era.
Y nada que, se me había olvidado cerrar la ventana y como estaba comenzando a llover, pues el aire comenzó a golpear la ventana y entonces la ventana comenzó a provocar ruido y pues tuve que cerrarla para ya poder dormir.
Era una noche como cualquier otra, sin embargo, no podía conciliar el sueño, no era la primera vez que me ocurría... Pasado algunos minutos, comencé a sentir cómo mi cuerpo se iba relajando y quedando dormido, pero justo cuando lo había conseguido, algo me sobresaltó. ¿Qué era? El ruido provenía de la cocina. ¿Quién era?, no quería saber, pero necesitaba hacerlo, pues no estaría tranquilo de saber que algo o alguien se encontraba dentro de mi casa. Me apresuré a ponerme los zapatos, y cuando ya casi lo conseguía, otro ruido más fuerte me volvió a sobresaltar. No podía esperar más, con algo de miedo acudí hasta la cocina y descubrí que solamente se me había olvidado cerrar la ventana. Una tranquilidad invadió mi cuerpo, y esa noche pude dormir mejor que las anteriores.

Aunque cuando te lo leyeron, tenía mucho sentido, tal vez te gustó cómo lo iban relatando.

Eso no quiere decir que uno sea mejor que el otro. Lo que trato de enseñarte es, que cuando usamos la oralidad, empleamos recursos muy distintos a los utilizados cuando escribimos, por ejemplo, al contar algo hacemos gestos, usamos diferentes matices de voz, podemos hacer ruido con objetos para darle mayor ambientación.

Eso genera expectativa y en la escritura, los autores no pueden ver la cara de sus lectores.

Por lo que recurren a otros recursos literarios como las figuras retóricas o las analogías y metáfora, que ya vimos en otras clases con las fábulas y los anuncios publicitarios.

Aunque es cuestión de practicar, como ya comentamos, leer y saber escuchar, permite desarrollar las demás habilidades como la escritura y el contar historias o hablar.

Las leyendas se van conociendo porque otros nos las han contado, en este caso la gente mayor es quien más sabe, sobre estos relatos, porque tiene más experiencia.

En ese caso pensemos en los autores que escribieron las leyendas que encontramos y leemos en los libros. Ellos hacen todo este trabajo de la escritura y utilizan otros medios para obtener la información, pues muchas veces no se la saben de primera mano.

Para saber tantas leyendas, se utiliza mucho la entrevista, generalmente, estas entrevistas son informales. Esto significa que consiguen la información a través de charlas o pláticas que surgen por casualidad, otras veces, acuden a un lugar o pueblo, con la intención de entrevistar a los pobladores o a personas que conocen las leyendas.

Después, estos autores revisan todo lo que obtuvieron, pues muchas veces no sólo entrevistan a una persona, sino a varias y tienen que reconstruir la leyenda, para poder escribirlas y darles ese toque que se requiere para transmitir sentimientos, emociones e imaginar como si estuviéramos ahí.

Ahora veo lo importante de seguir conservando en nuestra cultura las leyendas.

Por eso hay que valorar ambas maneras de compartir las leyendas, tanto oral como escrita, ya vimos el por qué, por eso aprovecha tus ratos libres y comparte en familia tus relatos, nunca falta quien tenga conocimiento de alguno.

Al inicio de la clase, mencionamos que hay pueblos mágicos que reciben ese nombre por toda la riqueza natural y la historia que acontece, es por ello que algunos sitios se vuelven legendarios y la mayoría son conocidos por alguna leyenda que los rodea o porque son tan misteriosos que se vuelven sede de muchas leyendas.

He escuchado que hay pueblos en los que algunos elementos naturales son motivo de leyendas. Por ejemplo, la ceiba en la cultura maya.

Hay un libro, entre toda la literatura prehispánica, que recopila una serie de leyendas en torno a la cultura maya, quizá hayas escuchado hablar del Popol Vuh.

Ya tienes una tarea, porque en este libro se explica la creación del mundo desde la cosmovisión del pueblo maya, quizá puedes revisar si en la biblioteca de su casa tienen el libro sagrado de los mayas o si alguien cercano a ti te lo puede prestar. Si lo tienes en tus manos no dudes en compartir la lectura con tu familia.

Para profundizar en la importancia de la tradición oral. Vamos a escuchar en entrevista a María Teresa Figueroa, a quien se le preguntó ¿Cuál es la importancia de transmitir los saberes de generación en generación a través de la palabra hablada?

Observa el siguiente video del minuto 09:00 al 10:38

  1. Del amate y el cenzontle. La herencia de los saberes a través de la oralidad.

https://www.youtube.com/watch?v=Ki4AnUY0o1E&list=PLGsaNvyPG8GFZbMqC4QANwfqidGZB_rdg&index=2

El reto de hoy:

  1. Busca entrevistar a alguien que te cuente sobre las leyendas del lugar donde vives.
  2. Anímate a escribir eso que te relatan de manera oral.

Si te es posible consulta otros libros y comenta el tema de hoy con tu familia. Si tienes la fortuna de hablar una lengua indígena aprovecha también este momento para practicarla y platica con tu familia en tu lengua materna.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Consulta los libros de texto en la siguiente liga.

https://www.conaliteg.sep.gob.mx/primaria.html

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