Juntas, pero no revueltas

determina el lenguaje adecuado (directo o indirecto) para dirigirse a los lectores al redactar un prólogo.

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Última Actualización:

4 de Septiembre de 2024 a las 18:46

Juntas, pero no revueltas

Aprendizaje esperado: determina el lenguaje adecuado (directo o indirecto) para dirigirse a los lectores al redactar un prólogo.

Énfasis: reflexionar sobre el uso de punto y seguido, y punto y coma para separar ideas en párrafos de prólogos.

¿Qué vamos a aprender?

Revisarás la información y desarrollarás algunas actividades para que puedas seguir aprendiendo, todo esto como un recurso que te apoyará a continuar con tu formación académica.

Toma notas, registra todas aquellas dudas, inquietudes o dificultades que vayan surgiendo durante el desarrollo de esta sesión.

Éstas las podrás resolver posteriormente, al consultar tu libro de texto o al realizar y reflexionar en torno a los retos que aquí se te proponen.

¿Qué hacemos?

Para iniciar, una historia muy peculiar, la historia de la puntuación.

¿Cómo fue que dentro del lenguaje nacieron los puntos y las comas?

  1. La historia de la puntuación

https://youtu.be/2m6UAmJUFkI

La mayoría de las lenguas usadas en la Antigüedad, como el sánscrito, árabe, coreano, chino, o japonés, utilizaban pocas o ninguna puntuación, aunque algunos manuscritos chinos de alrededor de 400-300 a.C. a veces utilizaban símbolos para denotar finales de capítulo y oración.

Los signos que se usan hoy día comúnmente son:

La coma, comillas, el corchete, los dos puntos, el signo de interrogación, el signo de exclamación, el paréntesis, el punto, los puntos suspensivos, el punto y coma.

Los signos de puntuación hacen que los textos, o los discursos, sean comprensibles, en ritmo e intención; son tan parte de él lenguaje como las palabras.

Por ejemplo, no es lo mismo decir:

“No queremos saber la verdad” a “No, queremos saber la verdad”

Una simple coma hace toda la diferencia.

Retoma un poco de lo que se comentó en el video de la Historia de la Puntuación.

Al final, comentaron que ésta, en la era moderna, se instauró hasta el siglo XIX, es decir el siglo que abarcó entre 1801 a 1900.

También, que los dramaturgos griegos instauraron un primer tipo de puntuación, ya que ellos, al tener que leer los textos en voz alta en el teatro, necesitaban indicar ciertas pausas en el texto, o intenciones, al decirlo en voz alta, y que fuera comprensible para el receptor.

Conforme fue avanzando el conocimiento, se vio que, independientemente de las pausas, los signos permitían separar los enunciados, es decir, las unidades discursivas que tienen un propósito definido, para que hubiera una mayor comprensión de lo escrito para el lector.

Por tal motivo, se puede decir que los signos de puntuación le dan estructura al texto.

Además, indican la modalidad del enunciado, es decir, la puntuación ayuda a establecer si es declarativo, interrogativo, exclamativo o imperativo.

Y también hay que decir que los signos de puntuación son capaces de cualquier cosa, como de cambiar significados.

No es lo mismo decir:

“No tienes razón” a “No, tienes razón”

Una poderosa “coma” hace toda la diferencia.

Como observaste, es importante ver, escuchar, leer y, con ayuda de los signos de puntuación, comprender.

El buen uso de la puntuación, que como en cualquier escrito, debe hacerse en los prólogos.

Recordarás que los prólogos son textos que presentan a una obra, en ellos el autor o prologuista motiva a leerla, comentando el tema, las razones del autor, el contexto, lo necesario para que te intereses por la lectura.

Primero, sería necesario repasar el buen uso de los signos de puntuación en cualquier escrito, así que, vas a hacerlo con un juego rápido de preguntas y respuestas:

El juego se llama “Punto por punto”.

Observa cuántos puntos hacen en el conocimiento de la puntuación.

1. Se utiliza para oraciones compuestas, donde se encuentre más de un verbo.

  1. coma
  2. punto
  3. punto y coma

Una coma no es suficiente, un punto terminaría la oración, así que la respuesta correcta es C, punto y coma.

El punto y coma se utiliza para oraciones compuestas, donde se encuentre más de un verbo o enumeraciones complejas donde ya existan comas.

También se emplea antes de conjunciones como: más, pero, aunque, sin embargo, no obstante, entre otras.

2. Se utilizan para indicar una interrupción de la oración.

  1. dos puntos
  2. puntos suspensivos
  3. coma

Definitivamente la coma, no es. Los dos puntos indican que algo referente a lo que se ha dicho seguirá. Así que, sí, la respuesta correcta es B, puntos suspensivos.

Los puntos suspensivos se utilizan para indicar una interrupción de la oración, y también para dar un final inexacto. Son tres puntos, y deben usarse de esa misma forma, sucesivamente uno detrás de otro, junto a la palabra o signo que los anticipa.

Son un recurso para indicar el famoso “etcétera” y también se usan para omitir frases en una cita textual.

3. Separa oraciones que conforman un mismo párrafo.

  1. punto y seguido
  2. punto y aparte
  3. punto final

Si se habla de oraciones en un mismo párrafo, seguro la opción correcta es la A, el punto y seguido.

Atención, este punto no marca el final del párrafo, solamente distingue entre sus enunciados.

4. Algunos signos de puntuación separan en el texto...”

  1. enunciados
  2. entonaciones
  3. pausas

Originalmente se usaron para la lectura en voz alta, debe ser la opción A, enunciados.

Recuerda que cada párrafo plantea un enunciado temático, que a su vez puede tener enunciados de apoyo, pero estos se pueden separar gracias a los signos de puntuación.

5. Periodo importante para la puntuación en su forma moderna.

  1. Barroco
  2. Renacimiento
  3. Romanticismo

El tema de los movimientos literarios, puede ser la B, el Renacimiento. Donde aparece el que es considerado el primer editor literario de la Historia, Aldo Manuzio.

Y, para terminar, la última pregunta de este juego “Punto por punto”, es:

6. Después de un punto y coma se debe emplear:

  1. mayúscula
  2. párrafo aparte
  3. minúscula

Y la respuesta correcta es… C, con minúscula.

Por supuesto que hay excepciones, y esto es en el caso de que debieran colocar, inmediatamente después del signo, un nombre propio.

Comparte tus resultados en casa, y si llegaste a tener alguna respuesta errónea no te preocupes, sólo ocúpate de repasar el uso de los signos de puntuación.

Revisa como ejemplo el fragmento del prólogo de una antología.

Observa el uso de los signos de puntuación.

El primer texto dice:

Recuerda que antes de las enumeraciones es necesario usar dos puntos. Por lo tanto, debe quedar:

No olvides que las enumeraciones separan sus elementos con comas.

Recuerda que el uso de los puntos suspensivos es el que indica que una parte de una cita textual se omitió.

Otro de los usos menciona que el punto y coma se usa delante de las conjunciones o locuciones, y en el texto aparece “sin embargo”, por lo que debe quedar:

En este caso, el uso de la coma significa que antes de una oración que expresa un sentido adversativo, es decir, contrario, se requiere este signo. Por tanto, nuestro ejemplo queda de la siguiente manera:

Observa lo que sucede con el punto y seguido, el primer ejemplo dice:

Observa que son 2 acciones distintas, por lo que se requiere emplear punto y seguido, de la siguiente forma:

Se cambió la coma después de la palabra “presentamos” por un punto y seguido, y la palabra siguiente, que es La, inicia con mayúscula.

El punto y seguido es para dividir los enunciados y lograr que el texto tenga coherencia. Observa el ejemplo:

Aquí el punto y seguido va después de la palabra exhaustivos, y la U, de únicamente, cambia a mayúscula. Y dice:

Atención, porque es un caso donde un punto y coma también hubiera podido emplearse.

A veces, es una mera cuestión de estilo. Mucho depende de cómo esté separado el resto de los enunciados del mismo párrafo. Si el resto de los enunciados lleva punto, probablemente aquí se pueda usar punto y coma.

En cambio, si hay pocos puntos, lo más probable es que se opte por usar este signo para separar.

Ahora, practica con un fragmento del prólogo de una novela de John Kennedy Toole, que fue publicada en 1980 y fue reconocida en 1981 con el premio de periodismo Pulitzer, que se otorga en Estados Unidos de América.

Se titula: “La conjura de los necios”.

Lee lo siguiente

Ordena este párrafo con apoyo de la puntuación. Pudiste observar que hay comas, dos puntos y punto final.

Hay que decir, particularmente en el caso del punto y coma, que entra en juego también el estilo del autor.

En el texto marca un punto y coma después de:

Con un buen uso de la puntuación puedes crear ritmo, suspenso, dar claridad a algunas imágenes, en fin, hacer del prólogo una verdadera invitación para leer.

Ahora conocerás un poco más de la obra para conocer el contexto, por si te quedaste intrigado con lo que leíste en el prólogo.

Es una anécdota muy interesante. En este caso el autor, Kennedy Toole, falleció en 1969, 11 años antes de la publicación de su novela.

Se cuenta que su mamá se dedicó, prácticamente, a perseguir al renombrado novelista Walker Percy.

Él, ya más bien por el asedio y el cansancio, empezó la lectura de la novela, La conjura de los necios, seguro de que la dejaría en el olvido; sin embargo, contrariamente, la obra lo cautivó así que llamó a su editor y consiguió que la publicaran.

Por ello… qué mejor que él mismo escribiera el prólogo.

Ahora tiene sentido. Lee de nuevo, el párrafo del prólogo, para identificar claramente cómo quedó:

Pero la señora fue tenaz; y, bueno, un buen día se presentó en mi despacho y me entregó el voluminoso manuscrito. Así, pues, no tenía salida; sólo quedaba una esperanza: leer unas cuantas páginas y comprobar que era lo bastante malo como para no tener que seguir leyendo.

La idea principal del párrafo es clara, y las ideas secundarias la refuerzan.

Gracias a la tenacidad de la señora, el escritor, a pesar de su predisposición, lee la obra de su hijo. Una muy buena mamá que creía en su hijo como escritor. Imagínate el orgullo cuando le otorgaron el premio Pulitzer post mortem. Una historia muy peculiar, sin duda.

Lee la siguiente frase que, a propósito de los prólogos, de una obra de teatro de William Shakespeare, se titula La Tempestad, y se representó por primera ocasión el 1 de noviembre de 1611, la frase dice así:

“El pasado es prólogo”

El pasado presenta y también da una idea de que lo mejor está por venir.

Es una propuesta muy interesante, y estoy seguro de que, al escribir la historia, debe haber muchas ideas que tendrás que ordenar, y justo en ese prólogo.

Debes ordenar tus ideas a la hora de redactar, todas pueden estar ahí, juntas, pero si te apoyas en el punto y coma, y en el punto y seguido, podrás separarlas para que tu texto tenga el sentido adecuado y coherente que deseas que los lectores lean.

Para reafirmar lo que aprendiste en esta sesión, localiza en tus libros de texto el aprendizaje esperado: “Determina el lenguaje adecuado (directo o indirecto) para dirigirse a los lectores al redactar un prólogo”.

Lo anterior para que cuentes con más elementos y puedas reflexionar sobre el uso del punto y seguido y del punto y coma para separar ideas en párrafos de prólogos.

El reto de hoy:

Redacta un prólogo para tu libro favorito. Primero hazlo sin utilizar signos de puntuación. Léelo así, de corrido, y posteriormente utiliza punto y seguido y punto y coma para separar las ideas según corresponda.

Vuelve a leerlo y comenta en casa una reflexión acerca de la diferencia de la primera y la segunda ocasión que lo leíste

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://www.conaliteg.sep.gob.mx/secundaria.html

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