Alternancia en el poder

Alternancia en el poder

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Última Actualización:

4 de Septiembre de 2024 a las 18:31

Aprendizaje esperado: valora la importancia de la reforma política, la alternancia en el poder y la participación ciudadana en la construcción de la vida democrática del país.

Énfasis: las reformas en la organización política, la alternancia en el poder y los cambios en la participación ciudadana.

¿Qué vamos a aprender?

Aprenderás las reformas en la organización política, la alternancia en el poder y los cambios en la participación ciudadana.

¿Qué hacemos?

En la sesión de hoy continuaremos explorando ese proceso de democratización que ha hecho posible la alternancia en el poder. Como vimos la clase anterior las reformas políticas fueron consolidando un sistema de partidos que se fue haciendo competitivo. Estas reformas políticas y la creación del instituto electoral fueron garantizando las condiciones y oportunidades para que, a través de las elecciones, los partidos políticos ganaran espacios de representación. No se trató de un cambio de la noche a la mañana, sino que fueron necesarios varios ajustes y modificaciones en nuestro sistema político.

Antes de la reforma política de 1977, existían algunos partidos, pero el sistema electoral que había no era competitivo y hacía imposible que hubiera una alternancia, además, el partido oficial contaba con una estructura corporativa fuerte, conformada principalmente por sindicatos y centrales campesinas, esto impedía el pluralismo, pues controlaba a la oposición y, en ocasiones, la reprimía.

Además, para estos momentos había una mayor participación de la sociedad civil que denunciaba la corrupción, exigía sus derechos y reclamaba una mayor participación en los asuntos públicos, por eso desde el levantamiento armado de Chiapas, los casos de las masacres de Aguas Blancas y Acteal tuvieron la atención de la opinión pública, ya que eran muestra de que persistía el autoritarismo y obstruían el proceso pacífico de transición democrática.

Ante la crisis económica, la persistencia de los movimientos sociales que podían radicalizarse, y la necesidad de abrir el sistema político para que abarcara la pluralidad de ideas e intereses, fue que se apoyó la reforma constitucional de 1977, para abrir espacios de diálogo, expresión y participación a través del registro de nuevos partidos políticos.

Debido a la hegemonía del partido oficial, estos otros partidos siempre permanecían como la minoría y sin posibilidades de llegar al poder, pero en las últimas décadas del siglo XX, al partido oficial comenzaron a complicársele un poco las cosas para mantener el control político, como en las elecciones de 1988, que vimos la clase pasada, donde a pesar de que el partido oficial fue declarado ganador, debido a la falla en el sistema, el resultado perdió credibilidad, a raíz de este incidente la población civil se puso muy activa para vigilar los nuevos procesos electorales.

Y aunque en 1994, el partido oficial volvió a ganar las elecciones presidenciales, las constantes crisis económicas y sociales, así como la falta de resultados para resolverlas, la presión que ejercían los partidos de oposición y las exigencias, cada vez más presentes, de la sociedad civil hacían necesario seguir trabajando en la reforma político-electoral.

Por eso en 1996, se aprobó una reforma que buscó que los recursos económicos de los partidos fueran transparentes y que los partidos no fueran financiados por grupos empresariales o “delincuentes” para lograrlo se incrementó el financiamiento público, además, con esto los partidos estaban en condiciones de comprar espacios para aparecer en radio y televisión.

Por primera vez, todos los partidos políticos tenían, más o menos, las mismas condiciones para competir, de tal suerte que, en las elecciones intermedias de 1997, los resultados fueron equilibrados, por primera vez en la historia contemporánea de México ningún partido tenía mayoría absoluta, ya para las elecciones presidenciales del 2000, todos los partidos tenían representación ciudadana y todos tenían la posibilidad de participar y competir en el proceso electoral.

En las elecciones para renovar el poder ejecutivo en el año 2000, por primera vez después de casi 70 años, resultó triunfador un partido de oposición y el nuevo presidente de México fue Vicente Fox Quesada. De esta manera a través de elecciones competitivas se dio la alternancia pacífica, a partir de este momento, el partido de oposición se convirtió en el nuevo partido oficial.

Hay que recordar que México arrastraba desde la década de los setenta con una ola de crisis económicas, la década de los noventa estuvo marcada por la violencia, pero sobre todo el principal reto fue pasar de un gobierno autoritario a uno nuevo que garantizara el pluralismo democrático. Sin embargo, una de las iniciativas más importantes del presidente Vicente Fox, fue la creación de una agencia de investigación sobre el crimen organizado.

Para el 2001, además de los severos problemas económicos, políticos y sociales que vivía México, el problema de la inseguridad se había agravado, por ello, Vicente Fox, a través de un decreto formalizó una agencia que estaba encargada de combatir delitos federales como el secuestro, el tráfico de drogas, la delincuencia organizada y otros más, además, instauró la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, que establecía que cualquier ciudadano podía solicitar información para conocer cómo y en qué proyectos invertía los recursos el Gobierno Federal.

Eso fue una respuesta a las constantes exigencias de la población que pedía transparencia y legalidad, esa era una vieja exigencia. El periodo presidencial de Vicente Fox encontró resistencias para llevar a cabo los cambios propuestos en su plan de gobierno. Hubo falta de acuerdos y entendimientos entre las principales fuerzas y actores políticos de la sociedad para lograr los cambios que esperaba la población. Las opiniones políticas se fragmentaron y en este contexto se presentaron las elecciones del 2006, que serían una gran prueba para la joven y frágil democracia mexicana, y en particular para sus instituciones electorales.

Una prueba, por varias razones. Primero, tuvo que ver con que, desde que comenzaron las campañas electorales, se presentaron, por primera vez en la historia de México, lo que denominamos “campañas negativas”, con las que los partidos, en lugar de plantear propuestas propias y concretas, orientaron sus discursos de campaña a criticar y desprestigiar a los candidatos rivales. Esto representaba un reto para las instituciones electorales y para la población en general, que no sabía muy bien cómo responder y el punto de mayor tensión llegó, precisamente, durante la jornada electoral.

Lo que pasó es que la sociedad mexicana estaba muy dividida para el momento de la elección, tanto, que en el conteo preliminar había casi un empate entre dos de los candidatos a la presidencia, lo que comenzó a generar suspicacias. Sin embargo, el tribunal encargado de dar fe sobre la legalidad de las elecciones declaró ganador a Felipe Calderón Hinojosa, candidato del que en ese entonces era el partido oficial.

Eso no le gustó nada al candidato opositor, e incluso se organizaron movimientos de protesta, pero finalmente Felipe Calderón se convirtió en el presidente de México con una ventaja mínima sobre su adversario principal del partido de izquierda. El resultado de las elecciones demostró que sólo el 35.89% de los mexicanos votó por él, mientras que el candidato opositor obtuvo el 35.31% de los votos.

Fue una diferencia mínima y muy difícil gobernar para Felipe Calderón, cuando menos de la mitad del país votó por su partido, las consecuencias de esta elección demostraron que México vivía una severa crisis política y que era necesario seguir trabajando en reformas electorales, aunque en las elecciones participó la población ejerciendo su voto, las disputas entre partidos y la desconfianza en las instituciones evidenciaron que aún faltaba mucho para tener un sistema verdaderamente democrático.

Entre las principales aportaciones del gobierno de Felipe Calderón, se encuentra que en 2011 se elevaron a rango constitucional los derechos humanos y se facultó a la comisión de derechos humanos en México para investigar violaciones graves a las garantías individuales.

Esta reforma quiere decir que todas las autoridades quedaron obligadas a promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de todas las personas, algo muy importante para nuestro país, principalmente después de que fueran las mismas autoridades quienes atentaran contra la integridad de las personas, además, se pusieron en marcha diversos proyectos como la planta hidroeléctrica, La Yesca, en Jalisco; el Puente Baluarte, carretera que conecta Durango y Mazatlán; y el Túnel Emisor Oriente, en el Estado de México.

Felipe Calderón fue quien dio inicio al combate contra el crimen organizado, al igual que muchos de los temas que hemos tratado ya en nuestra clase de Historia, no podemos decir, si fue bueno o malo. Recuerda que la Historia como disciplina del conocimiento no juzga el pasado, los historiadores buscan comprender qué fue lo que aconteció.

En principio, la estrategia buscaba recuperar la fortaleza del Estado y devolver la seguridad en la convivencia social, mediante el combate frontal al narcotráfico y a otras formas del crimen organizado, lo cual resultaba alentador, porque los niveles de violencia e inseguridad que experimentaba México eran muy altos, y porque desde hacía varios años estaba en marcha una estrategia de seguridad internacional conocida como la “Guerra contra las Drogas”, que involucraba a los gobiernos de Estados Unidos y varios países de América Latina, de esa forma, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el Estado mexicano emprendió una lucha para acabar con este problema.

En un contexto de crisis política, debido al reñido proceso electoral de 2006 y al controversial triunfo de Felipe Calderón, su gobierno decidió emprender una campaña de combate directo al narco con apoyo del ejército, donde los beneficiados serían los ciudadanos y ciudadanas de México.

Eso se esperaba, pero el crimen organizado contraatacó con todo su poder al Estado. Tristemente, en el fuego cruzado de ambas fuerzas, la población civil también salió afectada y el saldo social de esta estrategia se contabiliza en decenas de miles de muertos, miles de desaparecidos y desplazados, y en un aumento en los casos de tortura y tratos crueles y fue en este contexto de agravamiento de la inseguridad que se presentaron las elecciones de 2012, cuyos resultados fueron un retorno al poder del partido que durante 70 años se le había considerado como el partido oficial y que en el año 2000 había vivido su primera derrota histórica.

El gobierno de alternancia solo duró 12 años, en las elecciones de 2012, los candidatos presidenciales fueron cuatro: Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri.

Una mujer fue candidata presidencial, que no fue la primera mujer en postular a la presidencia, en 1982 y 1988, Rosario Ibarra de Piedra compitió en las elecciones; en 1994 lo hicieron Cecilia Soto y Marcela Lombardo y en el 2006 lo hizo Patricia Mercado. Sin embargo, el porcentaje de los votos que obtuvieron sus partidos fue muy bajo, y por eso casi no se mencionan. Con todo, es importante reconocer que los esfuerzos por lograr la participación de las mujeres en la vida política del país comenzaban a rendir frutos, pues en las elecciones de 2012, Josefina Vázquez Mota obtuvo un porcentaje importante de los votos registrados.

Durante las campañas, cada candidato presentó sus propuestas para responder a las diferentes problemáticas del país y para atender las crecientes necesidades de la población, por ejemplo, para Enrique Peña Nieto, era necesario dinamizar la economía e implementar una estrategia de seguridad centrada en reducir la violencia, mientras que para Josefina Vázquez Mota era necesaria una reforma laboral en materia económica y hacer más eficiente el combate al crimen organizado, por otro lado, Andrés Manuel López Obrador quería dar un rol más activo al Estado en la promoción del empleo y el crecimiento, así como tomar mayor control de la explotación de los recursos naturales.

Después de las elecciones de 2006, que fueron muy complicadas para el instituto electoral, en 2007 y 2008 se llevaron a cabo varias reformas electorales que buscaban garantizar la equidad y transparencia del proceso y restablecer la confianza en la autoridad electoral y las elecciones.

Esas reformas establecían, entre otras cosas, establecieron que el tiempo de campaña se reduciría de seis meses a sólo tres, que los partidos podían financiarse únicamente en un diez por ciento de capital privado y además se redujo el financiamiento público, dentro de los cambios más importantes estaba la prohibición de la venta de espacios televisivos para propaganda electoral, de tal forma que los partidos quedaban obligados a respetar los tiempos asignados de manera equitativa por el instituto electoral.

Estas reformas buscaban un proceso más transparente y equitativo para competir en las elecciones, y, sin embargo, a pesar de los cambios, el proceso de 2012 y sus resultados fueron nuevamente cuestionados, multiplicándose las denuncias sobre gastos de campaña y compra y coacción del voto.

El candidato que ganó estas elecciones fue Enrique Peña Nieto, fue declarado presidente de México para el período de 2012 al 2018. Para este momento, el mayor desafío era restablecer las condiciones de la paz social en las zonas afectadas por la violencia en México, además de los crecientes problemas económicos, políticos y sociales.

Para poder gobernar, Enrique Peña Nieto tuvo que establecer acuerdos con el resto de los partidos de oposición, que de cierta forma representan a otras facciones de la sociedad, durante su gobierno se establecieron ciertas alianzas con varios partidos de oposición para hacer posibles las reformas estructurales que él proponía; sin embargo, en 2014, se consolidó un nuevo movimiento de oposición con ideología de izquierda que tomaría fuerza y que se alzaría como el principal contrincante del partido oficial.

En 2018 se celebraron elecciones en las que, por primera vez, un candidato de un partido de izquierda ganó la presidencia de México, obteniendo una amplia mayoría sobre sus adversarios, pues Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones con aproximadamente el 53% de los votos registrados.

Entonces nos encontramos ante una nueva alternancia en el poder, y en esta ocasión el porcentaje de participación ciudadana en el proceso electoral llegó a ser tan alto como cuando se dio la alternancia por primera vez, en el año 2000, demostrando con ello lo importante y decisiva que es la participación de todas y todos para generar los cambios políticos de los que se alimenta la democracia.

Te invito a observar el siguiente video, donde el Dr. Lorenzo Meyer, nos explica de manera resumida cómo se dio este proceso de alternancia en el poder.

  • Dr. Lorenzo Meyer.

https://youtu.be/QMKA0ptbIoU

Como bien se nos explica en el video, la democracia es la forma en que el pueblo participa y ejerce su derecho a votar y elegir a sus gobernantes. Sin embargo, es importante que recordemos que la democracia es mucho más que eso y debemos entenderla como una forma de vida. Vivir en democracia significa defender la libertad de todos y todas para pensar, opinar y actuar como queramos, mientras no perjudiquemos los derechos de los demás.

Defender la libertad implica practicar el respeto hacia todas las personas independientemente de su origen, sexo, características físicas o formas de pensar, además, vivir en democracia exige tomar parte activa de la vida política y social de nuestro país. Esto significa que debemos informarnos acerca de las cuestiones que nos afectan y participar en la toma de decisiones para resolver los problemas.

Así mismo, además de los valores de libertad, respeto y participación activa, la democracia exige que todas y todos seamos tratados con justicia, igualdad y equidad, para comprometernos solidariamente a construir una sociedad justa y sin exclusiones.

En la clase de hoy aprendimos que para lograr la alternancia política fueron necesarios varios ajustes en el sistema político y electoral de nuestro país, que no hubieran sido posibles sin las exigencias y participación activa de la ciudadanía.

También aprendimos que, a partir de las elecciones del 2000, diversos partidos políticos han ocupado la presidencia de nuestro país y que para poder gobernar ha sido necesario llegar a acuerdos y alianzas con los partidos de oposición.

Finalmente, aprendimos que la democracia es una forma de vida que nos invita a expresarnos libremente, respetarnos mutuamente y a participar activamente en la construcción de una sociedad más libre, justa y equitativa.

El reto de hoy:

Te invito a que platiques con tu familia sobre cómo recuerdan esta etapa de la historia de nuestro país, pregúntales si recuerdan alguna anécdota de las elecciones que mencionamos en esta clase.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://libros.conaliteg.gob.mx/20/P5HIA.htm

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