Hablemos de los personajes
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4 de Septiembre de 2024 a las 18:31Aprendizaje esperado: conoce la estructura de un texto narrativo.
Énfasis: busca y selecciona un texto narrativo de su interés para adaptar, y justifica su selección.
¿Qué vamos a aprender?
Conocerás la estructura de un texto narrativo.
¿Qué hacemos?
Para escribir tu obra debes seguir los siguientes pasos:
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En primer lugar, vas a seleccionar el texto o los textos que vas a tomar como base.
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Después, vas a leer con atención y a analizar las narraciones que elijas para definir qué elementos tomaras de ellas y cómo los vas a transformar en una obra de teatro para ser representada.
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Más adelante, vas a planear y a realizar la escritura de tu guion teatral para, finalmente, llevar a cabo su lectura dramatizada.
Te recomiendo que no te preocupes sobre la extensión del texto o de los textos originales: Puedes seleccionar los elementos de las historias que más te atraigan o puedes enriquecer la trama con tu imaginación o con elementos de otras narraciones.
Para saber que tu adaptación está bien hecha y que no estas inventando una obra nueva, debes tomar en cuenta los siguientes criterios:
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Que la obra esté inspirada en los personajes de uno o varios textos narrativos.
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Que tu guion presente una historia que te interese y te guste.
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Que la historia sea coherente, con inicio, desarrollo y final.
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Que puedas realizar la lectura dramatizada.
Por ejemplo yo encontré unos cuentos de los hermanos Grimm y de Charles Perrault que me gustaron mucho y se parecen.
Los cuentos son “Las hadas”, de Charles Perrault, y “La casa del bosque” y “La señora Holle”, de los hermanos Grimm. La verdad es que se parecen bastante, podríamos imaginar una historia que conservara sus elementos esenciales, pero con nuevos personajes y situaciones que le den “Una vueltecita” a la historia original, por supuesto, la podemos llevar adelante, especialmente porque los límites de la adaptación de una narración a obra de teatro son amplios y, sobre todo, porque la práctica social del lenguaje que estamos trabajando se llama “escribir una obra de teatro con personajes de textos narrativos”, lo cual implica una mayor flexibilidad para jugar con la selección y las características de los personajes y para imaginar la trama.
Vas a leer detenidamente los cuentos que elegí para analizar los personajes y la trama; Esto será el punto de partida para crear nuestra obra de teatro que te servirá de ejemplo para que escribas tu obra.
Hoy nos centraremos en los personajes de uno de los cuentos, a partir de las descripciones que se hacen de ellos, de lo que dicen y de su participación en la trama.
Comenzaremos con el cuento “Las hadas”, de Charles Perrault, porque es el más sencillo.
Te invito a leer con mucha atención el cuento y ten listos tu cuaderno y tu pluma para realizar con nosotros el análisis, después, tú podrás llevar a cabo este tipo de lectura en las narraciones que hayas elegido.
Las hadas.
Érase una vez una viuda que tenía dos hijas: La mayor se le parecía tanto en el carácter y en el rostro, que verla a ella era ver a la madre.
Eran las dos tan desagradables y tan orgullosas, que no se podía vivir con ellas.
La menor, que era el vivo retrato de su padre por la dulzura y la cortesía, era además una de las más bellas jóvenes que se pudo ver jamás. Como solemos amar naturalmente a los que se parecen a nosotros, la madre estaba loca por su hija mayor y sentía al mismo tiempo una aversión horrible hacia la menor. La hacía comer en la cocina y trabajar sin cesar.
Entre otras cosas, la pobre niña tenía que ir dos veces al día a sacar agua a más de media legua de su casa y traer un gran cántaro lleno.
Un día, estando en la fuente, se le acercó una pobre mujer que le rogó le diera de beber.
Cómo no, buena mujer dijo la hermosa joven.
Y, enjuagando en seguida el cántaro, sacó agua del lugar más claro de la fuente y se la ofreció, sin dejar de sostener el cántaro para que pudiera beber más a gusto. La buena mujer, después de beber, le dijo:
Sois tan hermosa, tan buena y tan cortés, que no puedo dejar de concederos un don pues era un hada que había tomado la forma de una pobre campesina, para ver hasta dónde llegaría la cortesía de aquella joven. Os otorgo el don prosiguió el hada de que, a cada palabra que digáis, salga de vuestra boca una flor o una piedra preciosa.
Cuando la hermosa joven llegó a su casa, su madre la regañó por volver tan tarde de la fuente.
Os pido perdón, madre dijo la pobre niña, por haber tardado tanto.
Y, al decir esto, le salieron de la boca dos rosas, dos perlas y dos gruesos diamantes.
¡Qué veo! dijo su madre, muy asombrada. Si parece que le salen de la boca perlas y diamantes. ¿Cómo es eso, hija mía?
Era la primera vez que la llamaba hija.
La pobre niña le contó sencillamente todo lo que había pasado, sin dejar de echar una infinidad de diamantes.
Pues tengo que mandar a mi hija allá, dijo la madre. Fijaos, Paquita, mirad lo que sale de la boca de vuestra hermana cuando habla. ¿No os agradaría tener el mismo don? No tenéis más que ir a sacar agua a la fuente y, cuando una pobre mujer os pida agua, dársela amablemente.
¡Lo que faltaba! ¡Ir yo a la fuente! respondió la malcriada.
Pues yo quiero que vayáis repuso la madre, y ahora mismo.
Se fue, pero sin dejar de refunfuñar. Cogió el frasco de plata más bonito que había en la casa. En cuanto llegó a la fuente, vio salir del bosque una dama magníficamente vestida que vino a pedirle de beber: era la misma hada que se le había aparecido a su hermana, pero había tomado el aspecto y los vestidos de una princesa para ver hasta dónde llegaría la descortesía de aquella joven.
¿Creéis que he venido aquí le respondió aquella orgullosa malcriada para daros de beber? ¡Como que he traído un frasco de plata para dar de beber a la señora! ¡Me parece que tendréis que beber a morro si queréis!
No sois tan cortés que digamos repuso el Hada sin enfadarse: Bueno, pues ya que sois tan poco complaciente, os otorgo el don de que, a cada palabra que digáis, os salga de la boca una serpiente o un sapo.
En cuanto la vio su madre, le gritó: ¿Qué hay, hija mía?
¡Qué hay, madre mía! le respondió la malcriada echando dos víboras y dos sapos.
¡Cielos! exclamó la madre. ¿Qué veo? Su hermana es la causante de todo. Me las pagará.
Y en seguida corrió para pegarle. La pobre niña huyó y fue a ponerse a salvo en el bosque cercano.
El hijo del Rey, que volvía de caza, se encontró con ella y, viéndola tan hermosa, le preguntó qué hacía allí sola y por qué lloraba.
¡Ay! Señor, es que mi madre me ha echado de casa.
El hijo del Rey, que vio salir de su boca cinco o seis perlas y otros tantos diamantes, le rogó que le dijera de dónde le venía aquello.
Ella le contó toda su aventura. El hijo del Rey se enamoró de ella y, considerando que tal don valía más que todo lo que pudiera aportar otra al matrimonio, la llevó al palacio del Rey, su padre, donde se casó con ella.
En cuanto a su hermana, se hizo tan aborrecible, que hasta su propia madre la echó de su casa; y la infeliz, después de correr mucho sin encontrar a nadie que quisiera recibirla, se fue a morir a un rincón del bosque.
Charles Perrault. Cuentos de Perrault. Madrid: Anaya, 2010, pp.177-184
Debo confesar que este cuento es de mis favoritos, además, cumple con las características típicas de los llamados “cuentos de hadas”.
Ahora vamos a hacer el análisis de los personajes de este cuento, comencemos con una pregunta, ¿Quién es el protagonista o el personaje principal del cuento? ¿Por qué?
La historia está centrada en la hija menor, en el camino que sigue desde ser maltratada y poco querida en su casa, hasta llegar a ser una princesa con una fuente inagotable de riquezas, el hada es la ayudante del personaje principal, quien le otorga los medios para transformar su situación y castiga a quienes le hacen daño. El hada es importante, pero no es precisamente la protagonista. Este papel recae en la hija menor, la narración se centra en ella y busca que nos provoque simpatía.
Analicemos si decimos que la hija menor es la protagonista porque cambia su situación. La hermana mayor también se transforma, pasa de ser la preferida de su mamá a ser despreciada por todos y morir sola en el bosque, además, cómo responde ¡Lo que faltaba! ¡Ir yo a la fuente! ¡Como que he traído un frasco de plata para dar de beber a la señora!
El personaje de la hija mayor tiene más diálogos que la hija menor, para los actores, eso cuenta para saber el tipo de papel que tendrán: Principal o secundario, aunque a veces, el antagonista también se considera entre los personajes principales.
El papel de cada personaje en la historia puede estar condicionado por la perspectiva con la que se cuenta: En quién se centra la atención o sobre quién se busca despertar la simpatía del lector, también, por la forma en que nos acostumbramos a interpretar las historias, según sus características.
Las características frecuentes de los cuentos tradicionales, la madrastra y la hija mayor son las malas y cumplen el papel de antagonistas u oponentes del personaje principal, pero, si contamos la historia desde otra perspectiva, ellas podrían ser las protagonistas.
Estamos descubriendo un espacio de libertad donde se abren posibilidades para crear tu obra de teatro.
Sigamos con el análisis de los personajes.
Hasta ahora, identificamos algunos papeles que cumplen los personajes como: La protagonista, sus oponentes y su ayudante. ¿Alguno cumple la función del ser amado de la protagonista? Este es un papel recurrente en los cuentos tradicionales y en muchos otros tipos de narraciones.
Es el príncipe, aunque él también se enamora de la muchacha y bien que se fija lo que sale de su boca.
Para seguir analizando las características de los personajes, nos conviene hacernos al menos tres preguntas, ¿Qué se dice de ellos? ¿Qué hacen? y ¿Cuál es su situación social y afectiva?
Veamos algunos ejemplos de este cuento.
De la hija mayor y la madrastra se dice al inicio del cuento que son “desagradables y orgullosas”.
También al inicio del texto y en otras partes se menciona que la hija menor es hermosa, buena y cortés.
Ahora, ¿De quién es esta descripción? Puede tener el aspecto de una pobre mujer o el de una princesa vestida magníficamente.
Algunas de estas frases se usan para describir al hada cuando se aparece a cada una de las hermanas, primero como una pobre mujer y luego como una dama vestida ¡magníficamente!
Ahora, veamos lo que hacen los personajes y cómo incide esto en sus características. Por ejemplo, el príncipe estaba de cacería en el bosque. ¿Esto qué nos dice de él?
Como es príncipe, tiene dinero, posesiones y criados, entonces, no caza por necesidad, sino por diversión. Esto implica que le gusta la acción y la aventura, por lo que debe ser fuerte y valiente.
Ahora nos parece cuestionable que alguien cace animales por diversión, si no tiene la necesidad de alimentarse de ellos o de cubrir otras necesidades, utilizando su piel, por ejemplo, pero eso refleja los valores y las costumbres de la época en que se creó la narración.
¿A qué se refiere con la “situación social y afectiva de los personajes”?
A que un personaje se caracteriza no sólo por su forma de ser individual, sino por el lugar que ocupa frente a los otros, por ejemplo, la madrastra es la que manda en su casa, ama a su hija mayor y odia a la menor y la hija menor debe trabajar duramente por su relación con la madrastra y las dos hijas la deben obedecer.
Los personajes tienen motivaciones, sentimientos o ideas que podemos deducir a partir de la forma en que se comportan. Al profundizar en las acciones de los personajes, podemos descubrir sus motivaciones y forma de ser.
Analicemos un poco más a profundidad la forma de ser y las motivaciones de la hija mayor.
Pues tengo que mandar a mi hija allá dijo la madre. Fijaos, Paquita, mirad lo que sale de la boca de vuestra hermana cuando habla. ¿No os agradaría tener el mismo don? No tenéis más que ir a sacar agua a la fuente y, cuando una pobre mujer os pida agua, dársela amablemente.
¡Lo que faltaba! ¡Ir yo a la fuente! respondió la malcriada.
Pues yo quiero que vayáis repuso la madre, y ahora mismo.
Se fue, pero sin dejar de refunfuñar. Cogió el frasco de plata más bonito que había en la casa. En cuanto llegó a la fuente, vio salir del bosque una dama magníficamente vestida que vino a pedirle de beber: Era la misma hada que se le había aparecido a su hermana, pero había tomado el aspecto y los vestidos de una princesa para ver hasta dónde llegaría la descortesía de aquella joven.
¿Creéis que he venido aquí le respondió aquella orgullosa malcriada para daros de beber? ¡Como que he traído un frasco de plata para dar de beber a la señora! ¡Me parece que tendréis que beber a morro si queréis!
No sois tan cortés que digamos repuso el Hada sin enfadarse: Bueno, pues ya que sois tan poco complaciente, os otorgo el don de que, a cada palabra que digáis, os salga de la boca una serpiente o un sapo.
Ahora, te voy a hacer algunas preguntas sobre lo que podemos inferir de la forma de ser de la hija malcriada. ¿Por qué no le gusta trabajar?
Si pensamos en los valores de la época, puede ser porque piensa que el trabajo físico es para los que ocupan una posición social inferior.
Si no le gusta trabajar, entonces, ¿Por qué acepta ir a la fuente?
Porque se da cuenta de que puede obtener un beneficio, por eso toma el frasco de plata, para quedar bien con el hada.
Y, ¿Por qué se molesta cuando la dama ricamente ataviada le pide agua?
Porque ella está esperando a que llegue la pobre mujer, y no una princesa. Esto nos sugiere que a la chica malcriada solamente le interesa cumplir su objetivo: dar agua a la pobre mujer para recibir un premio; pero no toma en cuenta los sentimientos o las necesidades de las personas que están a su alrededor.
Esto contrasta con la forma en que la hija menor le da el agua a la pobre mujer: Le ayuda a sostener el cántaro para que pueda beber más a gusto.
Entonces, la hija menor trabaja duro no sólo porque sea obediente y sumisa, sino porque toma en cuenta las necesidades y sentimientos de los demás.
¿Este análisis te ayudó a descubrir las características y motivaciones de los personajes de este cuento?
Para descubrir las características de los personajes seguimos los siguientes pasos:
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Primero, nos preguntamos sobre los papeles que cumplen los personajes en la narración: protagonista, oponente, ayudante y ser amado.
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Luego, nos preguntamos qué se dice de los personajes, qué hacen y cuál es su situación social y afectiva.
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Finalmente, profundizamos en la forma de ser de los personajes a partir de la relectura de algunos pasajes.
Debo destacar que siempre que analizamos un texto, conviene leerlo varias veces para descubrir cómo se organiza y cuáles son sus detalles insospechados.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
Para saber más:
Lecturas
https://libros.conaliteg.gob.mx/20/P5ESA.htm
https://libros.conaliteg.gob.mx/20/P5LEA.htm
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