La tecnología al servicio de la guerra

analiza la formación de dos grandes bloques hegemónicos en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial e identifica algunas características de la Guerra Fría, tales como la carrera armamentista y la amenaza nuclear.

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Última Actualización:

4 de Septiembre de 2024 a las 18:41

 

La tecnología al servicio de la guerra

Aprendizaje esperado: analiza la formación de dos grandes bloques hegemónicos en el mundo tras la Segunda Guerra Mundial e identifica algunas características de la Guerra Fría, tales como la carrera armamentista y la amenaza nuclear.

Énfasis: identificar el armamentismo como parte de la confrontación de los bloques y reflexionar sobre el peligro nuclear.

¿Qué vamos a aprender?

En sesiones anteriores estudiaste que, desde finales del siglo XIX, se llevó a cabo una carrera armamentista entre las potencias europeas, la cual desencadenaría, junto con otras causas, el estallido de la Primera Guerra Mundial entre 1914 y 1918. A pesar de las expectativas que se tenían de que aquella sería la última guerra, no se logró evitar el estallido de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar entre 1939 y 1945.

Tras estos dos conflictos en donde la magnitud de la destrucción y la brutalidad humana alcanzaron puntos jamás pensados, se creyó que el ser humano buscaría la paz. Pero, las tensiones entre la Unión Soviética y Estados Unidos de América, las potencias triunfantes, llevaría al desarrollo de una nueva carrera armamentista.

En esta sesión identificarás el armamentismo como parte de la confrontación de los bloques y reflexionarás sobre el peligro nuclear.

¿Qué hacemos?

Para iniciar, se puede decir que existen un sinfín de armas desarrolladas durante el siglo XX en el contexto de la Guerra Fría, pero hay una que resalta de manera particular: el espionaje. Al respecto, lee con atención la siguiente lectura de Ramón Villares y Ángel Bahamonde.

El mundo contemporáneo.

“Sin solución de continuidad, la Guerra Fría se encadenó con el fin de la II Guerra Mundial. Pronto se demostró que la cooperación entre los aliados vencedores resultaría imposible, lo que significaría el fracaso de las políticas pactadas en la serie de conferencias habidas durante la II Guerra Mundial o de la configuración de un sistema mundial de seguridad y cooperación basado en la Carta de las Naciones Unidas.

En marzo de 1946, el embajador norteamericano en Moscú, George F. Kennan, envió un informe a Washington sobre la política exterior soviética, recomendando a la administración estadounidense la contención firme de las tendencias expansivas soviéticas.

Así se popularizó otro término, contención, que sería el pilar de lo que se ha denominado la doctrina Truman. Por la parte soviética, Andrei Jdanov se convirtió en el primer ideólogo de lo que vino a llamarse el “campo antiimperialista”, es decir, la necesidad de contener las ambiciones expansivas del imperialismo estadounidense y sus aliados.

Cada uno de los bloques enfrentados creó una institución para cubrir frentes de distinta naturaleza abiertos durante la Guerra Fría. Se trata de aspectos tales como el espionaje, la guerra económica, el sabotaje, la guerra ideológica o el derrocamiento de gobiernos no afines.

Los soviéticos crearon el Comité de Seguridad del Estado, que agrupaba a los servicios de seguridad de la Unión Soviética. […] En su vertiente interior, iba dirigida a combatir las “actividades antisoviéticas”, es decir, todas las disidencias. Su vertiente exterior sobrepasaba las funciones de vigilancia de las fronteras para desarrollar una variada gama de actividades en todo el mundo, incluidas las de infiltración o de influencia política en forma de asesores.

En cuanto a la citada Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA), fue fundada en 1947, y su radio de acción responde a las mismas características que el Comité de Seguridad del Estado. Su vasto imperio la convertía en un Estado dentro del Estado, pues abarcaba desde el mundo radiofónico o editorial hasta el asesoramiento a gobiernos amigos. […].

La base de la Guerra Fría fue la psicología de desconfianza entre la Unión Soviética y Estados Unidos de América. Ambos países lideraban dos sistemas económicos, sociales y políticos antagónicos que se habían coaligado provisionalmente ante el peligro nazi pero que, antes o después, entrarían en colisión”.

Hasta aquí la lectura.

Como pudiste notar, tanto soviéticos como norteamericanos crearon agencias especiales dedicadas al espionaje a través de muchas actividades.

¿Te imaginas los entrenamientos de los espías para pasar desapercibidos y cumplir sus misiones?

Desde aprender idiomas, costumbres, historias nacionales y personales.

Conoce más al respecto. Tal vez habrás visto distintas películas al respecto ¿te imaginabas cómo eran, contextualizadas en la Guerra Fría?

Las tareas de espionaje también trajeron consigo cambios en la tecnología.

Por ejemplo, Leon Theremin creó un pequeño dispositivo que, sin utilizar energía, podía recibir ondas de sonido de radio para retransmitirlas sin ser detectado. Era un método de espionaje sencillo y muy eficaz.

Uno de los espías más famosos fue Kim Philby, un joven de origen británico que encabezó la agencia de contraespionaje soviético de Gran Bretaña, y participó activamente en los años de conformación de la CIA. Philby, a pesar de ser británico, por su afiliación al comunismo, apoyó de manera secreta a la Unión Soviética a través de la información a la que tenía acceso gracias a sus puestos en las agencias mencionadas.

Entre la información que Philby transmitió a los soviéticos estaban secretos sobre el arsenal nuclear norteamericano, así como planes y acciones de los Estados Unidos de América y sus aliados para expandir sus zonas de influencia en el mundo. Cuando en 1963 la CIA lo investigaba por sospechosamente siempre tener información veraz de la Unión Soviética decidió huir a este territorio, donde moriría años después.

Aunque el espionaje fue una de las armas que más se desarrolló durante este periodo, no fue la más temida en términos de su capacidad destructiva

Como recordarás, Estados Unidos de América fue la primera nación del mundo en crear y detonar una bomba atómica. Pero, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la disputa entre esta nación y la Unión Soviética por la hegemonía llevaría a la nación socialista a buscar y desarrollar su propia bomba.

En buena medida, gracias a sus espías en Estados Unidos de América, la Unión Soviética consiguió crear su primera bomba nuclear en 1949. A partir de ese momento, las tensiones por las posibilidades de desencadenar una guerra en donde las armas atómicas proliferarán en el cielo, se hacían cada vez más probables.

Pero eso no detendría a estas dos naciones en su competencia por la hegemonía global.

La rivalidad entre socialistas y capitalistas, y el temor de que sus enemigos pudieran acabar con el sistema social propio e imponerles el suyo, llevó a ambos bandos a competir para ver quién lograba tener un ejército más poderoso y construir más y mejores armas.

Esto llevó a que, en 1952, Estados Unidos de América detonará la primera bomba de hidrógeno, nombrada “Ivy Mike”. Esta bomba era mucho más destructiva que las primeras bombas nucleares, pero con una menor radiación.

Ante esta situación, y como parte de la continua competencia, la Unión Soviética creó su propia bomba de hidrógeno, probando en 1961 una cuyos resultados fueron inesperados: su explosión resultó 3,300 veces más destructiva que la bomba detonada en la ciudad de Hiroshima en 1945.

A pesar de que lanzar una bomba tan pesada resultaba poco práctico, los soviéticos la utilizaron como una propaganda política para demostrarle a sus enemigos que estaban preparados para cualquier conflicto que estallara.

La carrera armamentista entre Estados Unidos de América y la Unión Soviética durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 tuvo al mundo al filo de una nueva guerra mundial.

El momento más tenso por el cual se pensó que la guerra nuclear era inminente fue la llamada Crisis de los misiles en 1962.

En 1959 había concluido la Revolución cubana, tras lo que Fidel Castro tomó el poder e instauró un gobierno que con el paso del tiempo se convirtió en un régimen cercano a la Unión Soviética.

Para Estados Unidos de América tener en una distancia tan próxima a un país aliado de su enemigo representaba un enorme peligro, por lo que las tensiones entre los gobiernos de Washington y La Habana llevaron a que éstos últimos pidieran apoyo de los soviéticos.

La respuesta de esta nación fue la instalación en Cuba de misiles intercontinentales con la capacidad de transportar ojivas nucleares, listos para dispararse hacia Estados Unidos de América en el momento preciso. A este episodio se le conoce como “La crisis de los misiles”.

Esto llevó a un incremento de las tensiones entre las dos superpotencias que por poco lleva al estallido de una guerra nuclear.

Sin embargo, tras unas arduas negociaciones, el presidente John F. Kennedy y el líder socialista, Nikita Jrushchov, acordaron que el ejército estadounidense retiraría sus misiles de territorios aledaños a la Unión Soviética, mientras que ésta haría lo suyo con los misiles en Cuba.

Aunque afortunadamente no estalló una guerra nuclear en ese momento, es posible imaginar las consecuencias de una guerra de ese tipo a escala global. Conoce más sobre el avance de la ciencia y tecnología en el marco de la Guerra Fría a través del siguiente video.

  1. Estación espacial internacional y exploración con rovers.

https://www.youtube.com/watch?v=C6KVtYwAx-o

Revisa del tiempo 00:35 al 03:42.

Como viste, participar en la Guerra Fría no significó tomar necesariamente una postura a favor de la competencia nuclear.

Por ejemplo, Albert Einstein, científico que participó en la creación de la primera bomba, se mostraba arrepentido por los estragos que había causado, y que podrían provocar en un futuro cercano.

En este camino por eliminar la proliferación del desarrollo de las armas nucleares, el mexicano Alfonso García Robles tuvo un papel destacado.

El 14 de febrero de 1967, se firmó en Tlatelolco, Ciudad de México, el Tratado para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, también conocido como, “El Tratado de Tlatelolco”. Este documento, además de que le valió al mexicano el premio nobel de la paz, sirvió como un antecedente para que muchos países llegaran a acuerdos para evitar la posesión o uso de armas nucleares.

En la década de 1970, el presidente de Estados Unidos de América, Richard Nixon, y el líder de la Unión Soviética, Leonid Brézhnev establecieron negociaciones para reducir la cantidad de armas nucleares que tenían. Esto fue un primer paso para lograr un mundo libre de armas nucleares.

Sin embargo, este esfuerzo no fue suficiente. A pesar de que la Guerra Fría terminó, y que la Unión Soviética se desintegró en 1991, el desarrollo de armas nucleares no desapareció del mundo. De hecho, hoy en día Rusia, Estados Unidos de América, China, Francia, Reino Unido, India, Israel, España, Pakistán y Corea del Norte cuentan con armas nucleares.

Esta última nación ha estado en una constante tensión con los gobiernos de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos de América, amenazándose mutuamente con iniciar una guerra, debido a que el gobierno norcoreano ha realizado diversas pruebas nucleares en el Mar de Japón. Las tensiones más fuertes en este conflicto ocurrieron durante la presidencia de Donald Trump, entre 2017 y 2021.

Como te puedes dar cuenta, la proliferación de las armas nucleares sigue representando un enorme peligro para el mundo. De estallar un conflicto con el uso de estas armas, no se sabe cuáles podrían ser los daños que ocasionaría para el planeta entero.

Imagina que tan sólo en los estallidos de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki murieron más de 100,000 personas y otros miles resultaron heridas en tan sólo unos segundos. Las armas nucleares de hoy, más potentes y destructivas, causarían, sin duda alguna, desastres mucho mayores.

A pesar del conflicto constante entre la Unión Soviética y Estados Unidos de América, numerosos grupos surgieron a lo largo de todo el mundo para exigir a los diferentes gobiernos que dejaran de desarrollar armas nucleares y que, por el contrario, desmantelaran las que ya tenían.

Estos movimientos surgieron incluso durante los años más álgidos de la Guerra Fría, aunque en su mayoría fueron reprimidos.

¿Tú qué opinas? ¿Qué soluciones tomarías para que los países poseedores de armas nucleares decidieran desmantelarlas?

Y en caso contrario, ante una nueva guerra, ¿cómo te imaginas que cambiaría el paisaje del lugar donde vives? ¿Qué pasaría con la economía y la alimentación de las personas? ¿Cómo sobrevivirías en este mundo?

Reflexiona sobre estas preguntas y comenta tus reflexiones con tu familia.

El reto de hoy:

Analiza cómo la tecnología, además de salvar vidas, por ejemplo, a través de los avances médicos, también ha sido utilizada para la destrucción humana y elabora un ensayo donde expongas tus argumentos sobre el desarrollo y uso de la tecnología para las guerras.

Para resolver el reto de esta sesión no dudes en apoyarte en tu libro de texto y, sobre todo, en tu imaginación.

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://libros.conaliteg.gob.mx/secundaria.html

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